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La Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental aboga medidas para evitar errores de diagnóstico y terapéuticos en la población inmigrante.

2007-10-09

Los inmigrantes, un colectivo vulnerable a desarrollar patologías mentales debido al estrés provocado por el cambio cultural y el sentimiento de discriminación.
La lengua y las diferencias culturales son unas de las principales barreras entre el especialista y el paciente que puede llevar a errores de diagnóstico y terapéuticos.
En este sentido, la figura de mediador cultural sanitario en Salud Mental es clave para una correcta relación terapéutica.
La FEPSM aboga por medidas que aseguren la calidad asistencial a todos los usuarios, independientemente de su grupo ético o cultural.

Uno de los temas que más interés ha despertado entre los profesionales sanitarios es la relación entre salud mental y migración y cómo el propio proceso migratorio puede derivar en determinadas alteraciones psicopatológicas en la mayoría de los casos, estrés y depresión.
 
El esfuerzo de adaptación del inmigrante a un nuevo país, una nueva cultura y en muchos casos el sentimiento de discriminación conlleva que este colectivo sufra un alto grado de estrés. En este sentido, investigar la vulnerabilidad de este colectivo a padecer algún tipo de psicopatología es uno de los principales objetivos de los profesionales de Salud Mental.
 
Por otro lado, el paciente inmigrante presenta necesidades asistenciales especiales a lo que a salud mental se refiere. Sin embrago, la experiencia y preparación que los profesionales suelen tener acerca de este colectivo son escasas y en algunos casos deberán subsanarse con una formación específica. Asimismo, la lengua y los diferentes aspectos culturales son las principales barreras entre el especialista y el paciente que pueden llevar a errores de diagnóstico y terapéuticos.Por ello se aboga por la figura del mediador cultural sanitario.
 
Aunque ya existe una forma de reducir el riesgo de posibles errores diagnósticos a través de la llamada Formulación Cultural, incluida en el DSM-IV (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), que permite describir la identidad cultural del paciente, su modelo de comprensión y explicación de los síntomas, la FEPSM reclama la necesidad de dispositivos adaptados a las nuevas características de la sociedad para asegurar la calidad asistencial a todos los usuarios, independientemente de su grupo ético o cultural.
 

Patologías más comunes en la población inmigrante
 
Trastornos de ansiedad y depresivos
Son los trastornos que más se ligan al hecho migratorio, ya que éste siempre implica un duelo por lo que se deja atrás y se produce un cambio que afecta todos los aspectos de su vida personal, lo cual es un riesgo para padecer depresión y ansiedad. Entre un 25 y un 30 % de inmigrantes sufren ansiedad y más del 25 % depresión. En las consultas de atención primaria un 20 % de los pacientes españoles sufre problemas de salud mental, depresión en el 8 ó 10 % de los casos y ansiedad en el 16 %, pero en el caso de los inmigrantes el porcentaje de afectados alcanza el 50%.
 
Trastornos somatomorfos
En ciertas culturas, la enfermedad mental supone un gran estigma y sus posibles patologías son interpretadas y manifestadas de diferente forma según cada cultura. En nuestro contexto cultural es habitual psicologizar los trastornos depresivos, mientras que para la mayoría de los inmigrantes es más común la expresión a través de síntomas físicos. Síntomas somáticos inespecíficos como cefaleas, dolor abdominal, fatiga… son un motivo de queja frecuente en pacientes que, al ser explorados, presentan también síntomas de diversos trastornos psiquiátricos.
 
Trastornos paranoides y psicosis reactivas
En las salas de urgencia de psiquiatría las psicosis reactivas breves y los trastornos paranoides se dan especialmente en condiciones de aislamiento cultural y social. Estos síntomas paranoides presentados en ocasiones por la población inmigrante han recibido el nombre de ‘reacción paranoide del extranjero’ y suelen presentarse en forma de psicosis reactivas de tipo afectivo con síntomas como miedo intenso, agitación, hostilidad o agresividad y muchas veces síntomas depresivos.
 
El medidor cultural en salud mental y otras medidas
 
La figura del mediador cultural sanitario como solución a los problemas comunicacionales no es defendida por algunos profesionales de otros países que apuestan por un intérprete. La FEPSM pone de relieve la diferencia entre traductor y un mediador, el primero no tiene porqué conocer los aspectos culturales y menos aún conocimientos sanitarios de ahí la apuesta por el mediador cultural en psiquiatría que debe alcanzar conocimientos en salud mental y competencia cultural.
 
Otras de las posibles medidas serían:
  • Formación continuada.- el personal sanitario debe recibir formación sobre cómo trabajar con las minorías étnicas.
  • Promoción de la de la salud comunitaria.- esta medida incluye trabajos de campo para promocionar la salud mental entre minorías.
  • Establecer vínculos con líderes de la comunidad.- es muy importante el contacto con los líderes de la comunidad ética para abrir una línea de comunicación que permita conocer de forma precisa las verdaderas necesidades del paciente
  • Diversificar la procedencia de los miembros de los equipos asistenciales en Salud Mental de forma que sean representativos de la sociedad actual multicultural.
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